Una característica de los Argentinos en mi opinión es la TENDENCIA DE IRNOS A LOS EXTREMOS, de no ver los miles de matices que hay entre una situación y otra. Para juzgar una acción necesitamos clasificarla si es de derecha o de izquierda, apoyamos incondicionalmente o rechazamos por completo, somos los mejores del mundo o decimos que en ningún otro lado hay tantos problemas, etc.
Así, alguien que plantea algo es nuestro líder indiscutible o nuestro peor enemigo.
Otra característica, sobre todo de un buen número de la clase de media, es muchas veces la INDIFERENCIA, el no involucrarse, mucho quedó del famoso “no te metas”, de esperar que todas las soluciones vengan desde el gobierno, al que elegimos para que nos maneje, al que no exigimos mientras el problema no nos toque. No vemos que entre el gobierno y nosotros hay un montón de posibilidades de participar, en un montón de niveles.
Esta indiferencia derivada de la comodidad se traduce en una FALTA DE SOLIDARIDAD, mientras uno pueda zafar está todo bien, mientras uno pueda pagar un colegio a sus hijos no importa la educación pública, mientras uno tiene auto no importa que no haya transporte público, mientras uno tenga no importa que el otro no tenga. Mientras los problemas no me toquen está todo bien.
Estas características fueron muchas veces usadas por los gobiernos, civiles y de facto, por sindicatos, y demás factores de poder para dividir, y para acallar. El famoso “DIVIDE Y REINARAS”, tantas veces usado en nuestra historia.
La FALTA DE DIALOGO, y nuestra forma extrema de ver las cosas nos pone en posiciones totalmente antagónicas, ver todo blanco o negro.
En vez de corregir estamos más acostumbrados a PATEAR EL TABLERO, “que se vayan todos”, pero no decimos quién queremos que venga, ni qué queremos cambiar. Cuando salimos protestamos contra todo, nada sirve, nada se puede arreglar.
En vez de dividir al problema y tratar de ver por parte en qué podemos participar para mejorar en algo, hacemos de todo un sólo problema grande, dividimos a la gente, buscamos apoyo para un lado o para otro, organizamos un quilombo y vamos al choque.
ASI VEO A ESTO DE LOS CACEROLAZOS, por un lado justificado porque lamentablemente el gobierno es sordo, no muestra voluntad de dialogar, no sabe, no ataca los principales problemas de los argentinos. La inseguridad, la falta de respeto de las instituciones, niega la inflación, etc.
Por otro lado estos cacerolazos, no son para mi otra cosa que organizarse para protestar contra todo, no son para solucionar nada.
Los problemas en la Argentina, como en muchos lugares, son muchos y las soluciones no son fáciles, pero estoy seguro que no pasan por juntarse para tocar el bombo y golpear cacerolas. POR ESO NO ESTOY DE ACUERDO CON EL CACEROLAZO ni con todos los que mandan mails diciendo que hay que protestar, sin decir cuál es la alternativa que proponen.
Puede llevar mucho tiempo, pero lo que tenemos que entender es que en la medida que sigamos sin involucrarnos en las cosas, asociación barrial, cooperadora, sindicato, partido político, o lo que sea, e interesarnos por los problemas de los demás, seguiremos siendo expectadores, y seguiremos esperando que las soluciones vengan de arriba, del norte, de los Estados Unidos, etc.
En vista de que este tema está muy de actualidad, seguramente lo volveré a tocar en breve, chau, dejame tu opinión, sobre todo si no estás de acuerdo, me interesa conocerla, Saludos y Viva Argentina. JRC